dimarts, de febrer 27, 2007

Sis audiovisuals en producció

Des de València a Caracas estan en producció, o postproducció, sis audiovisuals en els quals participe. El primer d'ells és un curt de tres minuts per al projecte Ja en tenim Prou sobre l'Horta de Vera (Alboraia), realitzat junt a Pau Navarro i amb el suport de Per l'horta.

El segon és un documental produït per l'Institut Nacional de Parcs de Veneçuela. Dirigit per la mexicana Ángela Mimiaga, el video tracta sobre els plans de millora del parc de la Serra de l'Ávila que rodeja Caracas.

El tercer és una coproducció amb Vive TV, també dirigit per Mimiaga. Aquest documental és sobre el qual vaig escriure la crònica dels indígenes Barí a Perijá.

El quart són un parell d'entrevistes per al DVD que s'adjunta amb el nou disc d'Obrint Pas.

Com a producció pròpia, Pau Navarro i jo estem realitzant un reportatge que tracta el naixement i desenvolupament de TeleSur, la primera televisió continental llatinoamericana. Després de quinze dies de treball hem entrevistat al president i al director de TeleSur, Andrés Izarra i Aram Aharonian, a la corresponsal d'Al Jazira, Dima Khatib, a periodistes de RCTV, El Nacional, Tal Cual i l'Observatori de Mitjans. També tenim declaracions del ministre de comunicació Willian Lara i del president Hugo Chávez.

Per últim, i col·laborant novament amb la mexicana Mimiaga, iniciem la realització d'un curt documental sobre les revoltes democràtiques de Veneçuela del 13 d'abril del 2002. El curt es fa per a Ávila TV, treballant coordinament amb el seu equip. La característica d'aquesta televisió és el seu caràcter juvenil, popular i alternatiu amb una àmplia llibertat creativa i artística. L'inefable alcalde metropolità Juan Barreto, impulsor de la televisió, diuen que la va qualificar com una mena de "MTV de los malandros"...

I ara a treballar...

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diumenge, de febrer 25, 2007

Venezuela: ¿una nueva vía hacia el socialismo?

La Ley Habilitante que permite a Chávez legislar a base de decretos y las nacionalizacio- nes anunciadas parecen augurar una nueva etapa en el proceso bolivariano, no exento de polémica.

Una pintada en la fachada de un banco reclama la nacionalización de las reservas bancarias.
Fotografía: Orianomada

Tessa Marsman y David Segarra / Caracas

A veces resulta complicado comprender cómo se quiere construir el socialismo en Venezuela. La pregunta que surge es ‘qué es el Socialismo del siglo XXI’. Una cosa es segura: el socialismo del proceso bolivariano no pretende imitar el socialismo europeo, “que todavía busca una forma de justificar al capitalismo”, según las palabras del analista Haiman El Troudi en declaraciones a DIAGONAL. “Nosotros no queremos un socialismo europeo occidental, pero tampoco un socialismo científico como lo aplicaron en Europa Oriental”, explica El Troudi. “No queremos un socialismo de planificación centralizada”, afirma El Troudi, quien fuera asesor del presidente Hugo Chávez. Pero los críticos afirman justamente eso: que el presidente venezolano está acaparando demasiado poder.

Por el contrario, El Troudi explica que “en el Socialismo del Siglo XXI la planificación participativa va de abajo hacia arriba. No es el Estado omnipresente el que planifica todo lo que va a pasar en el país. Hay participación directa de la gente que planifica sus propios proyectos en sus comunidades, como hemos visto en los Consejos Comunales”.

En Venezuela, los Consejos Comunales son grupos ciudadanos organizados con las herramientas para resolver los problemas locales y que hasta ahora rara vez eran resueltos por la política. La consolidación de estos Consejos se hará realidad con la implementación de la Ley Habilitante, la cual le permitirá a Chávez dictar decretos con rango, valor y fuerza de ley sin tener que pasar por la Asamblea Nacional y es el primero de los “cinco motores”, o ejes, del segundo mandato presidencial de Chávez.

El segundo eje es la reforma de la Constitución Bolivariana, mientras el tercer motor es un eje denominado “Moral y Luces”, que comprende una campaña de educación.

El cuarto motor, denominado “la nueva geometría del poder”, concierne a la manera de distribuir los poderes político, económico, social y militar sobre el espacio nacional. La idea es modificar la vieja estructura municipal para tratar de darle mayor eficiencia y participación. Y el quinto y último eje es “la explosión del poder comunal” que legisla sobre el funcionamiento y el área de poder y financiación que van a tener los Consejos Comunales.

¿Concentración de poder? La promulgación de una nueva Ley Habilitante ha sido criticada desde dentro y fuera del país, ante la supuesta acumulación de un poder excesivo en manos del presidente venezolano. “Sin embargo, la centralización es necesaria en este momento”, explica Juan Contreras, líder de la Coordinadora Simón Bolívar, un grupo socialista independiente que opera desde el combativo barrio 23 de Enero. “Hay poderes nacionales e internacionales que vigilan todos los pasos que damos y que tratan de sabotear el proceso revolucionario.

Necesitamos pasar decretos importantes rápidamente, sin el retraso de las deliberaciones de la Asamblea Nacional”.

El Troudi considera transitoria la centralización del poder actual en la figura de Chávez, con la formación del Partido Socialista Unificado y la Ley Habilitante. “El Gobierno le está dando el poder al pueblo”, asevera.

Partido Socialista Unido El desarrollo del Socialismo de Siglo XXI no puede ser apreciado solamente desde el escritorio de El Troudi o los libros que ha escrito sobre teoría política, es necesario observar la práctica en los barrios del país, donde el 45% de la población todavía vive y detenta apenas el 4% de la riqueza del país. Algunos de los principales cambios se han realizado mediante programas de educación para los habitantes de las zonas pobres que han erradicado el analfabetismo. Otra de las vías de desarrollo ha sido la concesión de créditos para la formación de cooperativas.

Sin embargo, en estos mismos barrios se pueden escuchar voces críticas que denuncian la corrupción del sistema burocrático de Gobierno. La mayoría expresa abiertamente el deseo de eliminar estos flagelos que empañan el proceso. Es esa corrupción la que ha llevado a gran parte del pueblo a apoyar las medidas que propone el presidente Chávez, como la unificación de los partidos de izquierda en un sola organización. “Los partidos actuales funcionan bajo una lógica electoral, no tienen conexión entre ellos y el pueblo”, afirma categóricamente El Troudi.

Contreras está de acuerdo: “Lo que necesitamos es gente honesta y activa que sea elegida en las bases de los barrios. Personas que conocen la comunidad desde dentro”. “En mi barrio conozco a las personas que luchan por nuestros derechos. Conozco quién está pendiente de proyectos de la comunidad. Si no hay agua, sé quién me ayudará a recorrer las instituciones. No necesitamos un presidente ni miembros de partidos que digan quién será parte de nuestro partido”, dijo.

Las formaciones más grandes, como Patria Para Todos, Podemos y el Movimiento V República, ya han declarado su adhesión al nuevo partido. Pero también hay resistencias: el Partido Comunista (PCV) está deliberando si quieren unirse a un partido en el cual ni la estructura ni las líneas ideológicas están claras.

Jerónimo Carrera, presidente del PCV, explicaba al periódico venezolano El Universal: “Es muy difícil que aceptemos la propuesta de formar parte del partido único. Nosotros representamos a un sector determinado de la sociedad que es la clase obrera. En especial porque a la sociedad venezolana le falta un poderoso movimiento sindical”.

Nacionalizaciones Uno de los cambios inmediatos y visibles de la Ley Habilitante es el decreto que ha pasado el presidente Chávez para la nacionalización de algunos medios de producción estratégicos como lo son las empresas de hidrocarburos, telecomunicaciones (CANTV) y servicios eléctricos (EDC).

“Los medios de producción estratégicos tienen que pertenecer al Estado. La propiedad de toda actividad estratégica debe recaer en el Estado. La explotación petrolera y minera, la generación de materias primas fundamentales debe estar en manos del Estado. No se pueden privatizar ni el aire ni el agua”, enfatiza El Troudi. En estos momentos muchas de estas empresas se encuentran organizadas bajo una modalidad mixta, en las cuales el Estado venezolano tiene al menos el 51% de las acciones. Según El Troudi, “esto es porque los bolivarianos tomaron el poder de manera pacífica. Venimos de una tradición capitalista y no podemos cambiar de un día para otro, pero el futuro será el del socialismo venezolano”.

Artículo publicado en el periódico Diagonal. Escrito por la periodista holandesa Tessa Marsman y posteriormente resumido y corregido por David Segarra.

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dimecres, de febrer 14, 2007

Guanyem el premi a la millor web musical

La web d'Obrint Pas ha sigut elegida com la millor web musical del 2006 per la prestigiosa revista catalana Enderrock.

El disseny gràfic va ser realitzat per David Segarra per a la gira internacionalista i la programació i animació Flash per Marc Guardiola.

Estem d'enhorabona!

Continuarem treballant!

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dilluns, de febrer 12, 2007

Per l'Horta de La Punta


Un dels primers videos que vaig realitzar amb Vicent Gençà i Miquel Ramos. Fet amb una handycam i muntat en un vell Mac. Paral·lel a les tasques a L'Avanç, junts vam començar a aprendre a treballar a l'audiovisual. Trobat ara al You Tube, el penge per tal de no oblidar la destrucció de l'horta de La Punta. I per tal que continuem la lluita per la defensa de la terra.

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dijous, de febrer 08, 2007

Los indígenas de Perijá nos muestran el pasado, el presente y el futuro de Venezuela

David Segarra

Una columna de indígenas Barí se dirige a pie y en mulo a través de una antiguo camino en la selva. Avanzan silenciosos, armados apenas con una vieja escopeta y las mismas flechas de macana que sembraron el terror entre los conquistadores españoles. 514 años después vuelven a enfrentarse a una invasión de su territorio. En medio de la frondosidad nos encontramos con una zona donde la vegetación ha sido arrancada de raiz. Una gigantesca carretera está siendo construida para desarrollar nuevas haciendas ganaderas. Pero es ésta una obra fantasma, donde no hay permisos, no hay accesos, no hay nadie. Nadie que responda por la destrucción. Así han sido los últimos siglos: sin más ley que la fuerza de los colonizadores, ya fueran soldados españoles, hacendados o petroleras. Solo la resistencia Barí les ha hecho frente. Ayer como hoy.

En Caracas, una amiga documentalista mexicana había recibido la propuesta del canal público Vive TV para realizar un reportaje sobre el proceso de demarcación territorial del pueblo Barí. Juntos emprendimos el largo camino hasta la Cordillera de Perijá. Allá arribamos a la ganadera ciudad de Machiques, donde los indígenas yukpas y barís se deslizan como sombras, entre la indiferencia y el desprecio. Nuestra primera entrada al mundo indígena fue a través de las misiones capuchinas. Es necesario comprender que los frailes fueron los primeros blancos que llegaron sin la intención de robar y asesinar. A pesar de acompañar inicialmente a los soldados, los misioneros de largas barbas fueron aprendiendo de los indígenas y apreciando el carácter comunitario de su sociedad. Cuando en 1960 las misiones contactaron a los Barí, la situación se había aproximado al exterminio y sobrevivían solo unos pocos centenares de ellos. Hoy en día su territorio es menos del 10% del originario. La colonización española y luego criolla los ha obligado a refugiarse en montañas y junglas.

Tras horas en una camioneta pirata, recorriendo caminos hechos por las propias comunidades, llegamos a su capital, Saimadoyi. Abandonada por todos los gobiernos, la autogestión del pueblo es absoluta. El líder de la comunidad nos ha dado permiso para permanecer y realizar grabaciones y entrevistas. El fin de semana hay trabajo comunitario y entre todos arreglamos como podemos la carretera. Vivimos en su casa y somos sus huéspedes, comemos y bebemos su agua de río y sus animales de caza y pesca. Acomodados en una simple construcción de palma admiramos sus rostros llenos de orgullo al ver por TeleSur al presidente de Bolivia, el indígena aymara Evo Morales. Mágicamente, en un lugar tan inaccesible, donde no hay carreteras ni teléfono, la televisión vía satélite llega a los hogares. En los días siguientes vamos aprendiendo como junto a la propiedad familiar e individual existe una propiedad colectiva destinada al bien común. Igualmente nos explican como el líder, o ñatubay, es elegido democráticamente y puede ser revocado, siendo su autoridad fundamentalmente moral.

Todos recuerdan emocionados como Chávez fue el primer presidente que les visitó, el 12 de octubre de 1999, ahora celebrado como día de la resistencia indígena. En esa visita el presidente se comprometió a apoyar a los pueblos indígenas y se opuso a la explotación de Perijá por las empresas carboníferas. Ocho años después, las concesiones para extraer el carbón siguen siendo una amenaza que hace temblar las entrañas de la montaña. Los indígenas apoyan fervientemente el proceso bolivariano pero exigen que se les reconozcan sus derechos sobre la tierra. Su primera demanda es la defensa del territorio al que describen como su misma madre. Ellos se muestran pacientes después de cinco siglos de lucha y resistencia, pero con la firmeza y determinación exigen hechos y no solo bonitas palabras. No quieren regalos ni promesas, solo el reconocimiento de sus derechos por medio de los Títulos de Propiedad Colectiva. Con el asesoramiento inicial de misioneros y luego de antropólogos, el pueblo Barí tiene muy claro cual es su territorio y quieren que se reconozcan legal y definitivamente sus límites. De esta manera evitarían la depredación de transnacionales y terratenientes. Mientras tanto, sus manos seguirán empuñando rifles y flechas.

La siguiente parada es la comunidad de Karañakaek, a la cual tenemos que llegar por una casi intransitable senda entre las montañas que delimitan el valle Barí. Más pequeña, la comunidad está situada en lo alto de una pequeña colina cuyos pies son bañados por un río de ensueño, donde beben, se bañan, juegan y se alimentan. Teniendo una fuente de agua tan pura y abundante no existe una mísera bomba que les evite tener que acarrear cada día litros y litros a la espalda. Como en Saimadoyi, el único transporte es un 4x4 de la comunidad que a pesar de llevar inscrito “Gobernación del Zulia”, ellos tienen que pagar religiosamente cada mes. Los maestros nos enseñan como la educación es una de las pocas políticas gubernamentales que tienen un impacto real. Podemos escuchar como muchos jóvenes están estudiando a través de las misiones Ribas y Sucre. La formación y preparación, afirman ellos mismos, les servirá para enfrentarse mejor a los desafíos y fuerzas que les amenazan. Porque es aquí, en la frontera de su tierra, donde arrecian los ataques. Solos en la noche han tenido que luchar contra el fuego que los hacendados propagan, incendiando selva, vida y belleza, para extender sus pastos y sus infinitas haciendas. Nosotros mismo pudimos ver como una obra de grandes dimensiones se estaba llevando a cabo de manera totalmente ilegal, a la vez desforestando y expoliando nuevos territorios. Y es que esa es la clave. En Perijá no existen más ley que la del hacendado. Aquí no hay una presencia real del Estado. Son los Barí quienes estoicamente protegen la frontera venezolana, su biodiversidad y las fuentes de agua de toda la región del Zulia. Ellos son quienes guardan donde nace Venezuela.

Como última estación en nuestro viaje por tierras perijaneras llegamos a Kumanda, minúscula población barí, encerrada entre alambradas, algunas de ellas electrificadas. Gota ancestral en un mar de modernas haciendas ganaderas que la han acorralado y rodeado completamente. De la misma manera que los indígenas norteamericanos, en Kumanda viven en una auténtica reserva donde son extranjeros en su propia tierra. Los antiguos y legítimos propietarios tienen que pedir permiso a los invasores para poder atravesar sus cercados. La en otros tiempos impenetrable selva de la parte baja de Perijá es hoy en día una planicie que se extiende hasta el horizonte. Aquí se encuentran gran parte de los pastos para las reses que alimentan la industria cárnica venezolana. La tristeza y la pobreza se hacen tangibles en Kumanda, los fuertes brazos indígenas se vuelven desnutridos y enfermos.

Venezuela, hemos podido comprobar, tiene una deuda moral con el pueblo Barí al haber permitido que se les arrebatase el 90% de su territorio y al haber realizado contra ellos un auténtico genocidio. Frente a esta realidad histórica, la demanda que escuchamos reiteradamente es la delimitación definitiva de su territorio. Siendo su tierra propiedad de ellos mismos, podrían seguir defendiendo la naturaleza, el agua y la frontera de las amenazas del carbón y los ganaderos depredadores. Pero ahora lo harían con la ley y el Estado de su parte. El pueblo Barí, nos han transmitido sus gentes, espera del gobierno bolivariano una política que les haga justicia y que entienda que ellos son los verdaderos guardianes de los intereses venezolanos en la Sierra de Perijá.

Ya en Caracas, entre el caos, el humo y la omnipresencia de la cultura individualista y consumista no puedo dejar de recordar a los Barí. Inmersos en el actual debate sobre el modelo político venezolano, ellos nos han enseñado que la suya es una sociedad estructurada en base a unos principios de armonía, sostenibilidad, democracia participativa y propiedad colectiva e individual que deberían inspirar el nuevo sistema. Desde mi casa del Guarataro, junto a la transitada avenida San Martín, pienso que no podrá haber un auténtico avance social sin hacer justicia con los pueblos originarios. Junto a Bolívar, Zamora y Rodríguez deberá alzarse la sabiduría ancestral indígena. Ellos fueron en el pasado, son en el presente y seguirán siendo en el futuro. Ellos perduran. Aprendamos de ellos.

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